Estos días del año en los que recordamos especialmente a nuestros difuntos, vemos, a veces con asombro, cómo se ha "colado" una fiesta muy popular entre los más pequeños, pero ajena a nuestras costumbres cristianas: Halloween.
Por ese motivo, para entender de primera mano en qué consiste dicha celebración, nuestra querida alumna americana, Emma Hillary Gould, visitó a los alumnos de 3º, 4º y 5º de primaria y 1º y 4º de ESO. Muy amablemente les mostró una presentación de fotografías de su infancia disfrazada para la ocasión, cenando con sus amigas en su casa; otras eran de los adornos que utilizan para decorar las casas, las puertas del instituto,... Y, tras su exposición, descubrimos que es una fiesta muy diferente a lo que vemos en nuestras calles y plazas. No tiene casi nada que ver. Ellos no se disfrazan de vampiros, zombis, muertos,... ni tiran huevos a las fachadas, ni llaman a los timbres y salen corriendo, ni aprovechan la nocturnidad para hacer gamberradas. Es una fiesta para relacionarse con sus vecinos (los niños van a sus casas para pedirles de buena manera caramelos o similares) y para pasarlo bien, sin necesidad de molestar a los demás. Justo lo contrario a lo que alguna gente entiende aquí.