El pasado viernes 20 de octubre,
visitó nuestro centro un joven que decía ser voluntario en el Hospital San Juan
de Dios de Sevilla.
Pero ¿qué es ser voluntario?, ¿qué
motivos empujan a una persona a tomar esta elección? Aún no había despuntado la
mañana y ya teníamos la cabeza llena de términos nuevos: voluntariado de
enfermos, ropero infantil… pero también de palabras que conocemos bien en
nuestro centro: acompañamiento, esfuerzo, recompensa, alegría…
Carlos (así se llamaba nuestro
voluntario), nos explicó muy claramente por qué se hizo voluntario y por qué
sigue siéndolo, en qué consistía su voluntariado con enfermos y qué relación
tenía con ellos… incluso cómo se inicia una conversación con alguien consciente
de que no se va a volver a levantar de una cama y a quien no se conoce de nada.
Todo ello tuvo lugar en un clima
muy agradable, en el que no se rehusó ninguna pregunta; es más, se puso de
manifiesto la profundidad y el alcance con el que pueden preguntar nuestros
alumnos, incluso los de menor edad.
Salieron a colación temas como la
dificultad de iniciarse en esta tarea, cómo transcurre un día normal en el
hospital, la soledad, incluso algo tan natural como la muerte.
Finalmente, alumnos, profesores y
expositor finalizamos esta pequeña jornada con un buen sabor de boca, de la
cual esperamos recoger frutos en un futuro que algunos pintan incierto, pero
que día tras día tenemos la experiencia en nuestro centro y entorno próximo de
personas que alejan este sino. Es fundamental, por tanto, no privar a “nuestros
niños” de una educación integrada y dentro de los valores católicos propios de
un colegio parroquial.
En esta publicación se usa un lenguaje no sexista teniendo como referencia las normas del uso del lenguaje que propone la Real Academia de la Lengua Española; según la cual “En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos […]”.